UNA REGIÓN UNA PROMESA
Por una extraña decisión de la naturaleza, los mejores vinos del nuevo mundo surgen de una estrechísima y privilegiada franja de tierra, ubicada entre los paralelos 32° y 38° del hemisferio austral.
En el corazón de esa región elegida, más exactamente a los 33° de latitud sur, al pie de la Cordillera de los Andes, la naturaleza es la encargada de dotar a Latitud 33° de un sello original e inconfundible, que hace de este vino una promesa viva de frescura y calidad.